El plazo, la
liquidez, el almacenamiento y los precios de compra, las grandes claves para
elegir bien.
Con la
volatilidad y los números rojos mandando en las bolsas y con las rentabilidades
de la renta fija en niveles testimoniales, el oro se reivindica una vez más
como valor refugio. Para muchos inversores, no es sólo una opción clásica para
blindar el ahorro; también es un mecanismo más de diversificación de las
inversiones en un momento de enorme incertidumbre porque no tiene correlación
con el precio de las acciones o de los bonos.
Pero más allá de
las expectativas de revalorización a corto y medio plazo y de su valor
estratégico en una cartera, los inversores particulares tienen un amplio
abanico de posibilidades para elegir cómo invertir en oro. El plazo, la
liquidez, la custodia, el volumen de la compra, los costes de almacenamiento,
las comisiones o los puntos de compra y venta son decisivos a la hora de tomar
una decisión. Estas son las claves para elegir la mejor opción.
Compras de oro físico. Es la opción favorita de los inversores particulares en todo el mundo.
Los expertos recomiendan adquirir oro físico a quienes compran a largo plazo y
tienen aversión al riesgo. Uno de los grandes problemas para un ahorrador de a
pie es el coste de la compra y el del almacenamiento, pero hay empresas
especializadas que permiten reducir sensiblemente los gastos.
Cuanto mayor es
el peso del lingote, menor es el precio al que puede comprar las firmas
especializadas. Muchas de ellas permiten realizar transferencias o vender el
oro en cualquier parte del mundo y en cualquier momento en cantidades a partir
de un gramo, lo que garantiza la liquidez de la inversión. Estas casas también
solucionan el problema de almacenamiento del metal.
A través de ETFs. Utilizan el
metal como subyacente replicando su comportamiento. En general, son la mejor
opción para inversores a corto plazo que quieren proteger su cartera cuando
caen los precios de los bonos y de las acciones. Garantizan transparencia y
evitan a los inversores las gestiones para comprar oro físico y para su
almacenamiento.
Fondos de inversión. Aunque su correlación con el precio del oro es elevada, está muy lejos
de los niveles que supone la compra física del metal. Estos productos invierten
en empresas dedicadas al negocio de la extracción del oro, por lo que su
evolución también depende de factores externos como por ejemplo la calidad de
la gestión o la ubicación de las minas. Por lo tanto es una opción más
especulativa.
Certificados y warrants. Hay otras vías para inversores avezados. Una de ellas son los
certificados. Son productos cotizados en Bolsa que replican el precio de una
materia prima.
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